lunes, 30 de diciembre de 2013

LOS MEJORES DISCOS DE 2013

 
 
 
Inicia el resumen musical del año. Si el amable lector desea una visión más completa, puede remitirse al blog amigo de FL Spectro para ampliar el panorama. De nada.

Y bueno, no hay pretexto para no buscarle. Aunque seco en términos de rock, 2013 ha sido un año afortunado para la música que suena más allá de los circuitos rocanroleros. Es cierto que en el panorama internacional han vuelto algunos de los llamados "consagrados", pero a decir verdad, muchos de esos discos sólo provocaron güeva en La Madriguera. Este humilde apicultor se emociona al ver que la gente joven está creando buena música, y que las periferias —en el más amplio sentido del término— siguen siendo una fuente inagotable de opciones sonoras. Por eso, independientemente de géneros musicales —salvo el metal, que en La Madriguera siempre se ha cocinado aparte—, he aquí un tostón de disquitos que hicieron las delicias auditivas del apicultor durante el año que termina. Que le aprovechen.
 
 
MÚSICA INTERNACIONAL

 
1. NICK CAVE &THE BAD SEEDS: "Push the sky away"
Álbum ominoso que conserva intacto el romance con las sombras y la nostalgia decadentista. Paradójicamente, su abordaje musical es de una luminosidad envidiable y rebosante de hermosura. El disco del año.

2. JAMES BLAKE: "Overgrown"
Electrónica en asfixiante calma y una especie de post-soul del siglo XXI, enmarcan la melancólica voz de uno de los más interesantes músicos de reciente aparición. Increíble que Blake tenga sólo veinticinco años.

3. SUSANNE ABBUEHL: "The gift"
Poesía victoriana y la elegancia del jazz en contención, discreto, lejano, como los ecos apenas audibles que obsequia la naturaleza en una noche de luna llena. Bucólico, pero también elegante. Así es "The gift".

4. SHERYL CROW: "Feels like home"
Mucho se ha hablado del supuesto "primer álbum completamente country" de Sheryl Crow. Lo cierto es que sus melodías habituales siguen ahí, pero con una madurez letrística y armónica que pegan directo en las emociones.

5. IL PERGOLESE: "Il pergolese"
Maria Pia De Vito, François Couturier, Anja Lechner y Michele Rabbia reconstruyen las arias de Giovanni Battista Pergolesi con un audaz lenguaje contemporáneo, jazzístico y profundamente conmovedor.

6. VARIOS ARTISTAS: "Dalla in jazz"
Los grandes exponentes del jazz italiano contemporáneo rinden tributo a las canciones del máximo cantautor pop de aquel país. Arreglos inesperados llenos de nostalgia e interpretaciones arrebatadoras. Una joya.

7. LORDE: "Pure heroine"
Ella Maria Lani Yelich-O'Connor, adolescente neozelandesa de enorme sensibilidad pop. Su disco debut es un juego de delicias vocales y construcciones minimalistas que encantan por lo delicado de sus atmósferas.

8. BEAT OF WINGS: "As water turns to gold"
Es vigoroso como el buen rock, es accesible y rico como el buen pop, sus canciones gozan de una energía que eriza la piel y, por si fuera poco, es un disco cachondo y sudoroso. Música sexy para gente sexy.

9. ANOUSHKA SHANKAR: "Traces of you"
El mejor trabajo de la Shankar hasta la fecha: un combinado en perfecta armonía que incluye fraseos de jazz, todo el virtuosismo de su formación clásica india y una estilizada apropiación de discursos pop. Fascinante.

10. MALA RODRÍGUEZ: "Bruja"
Mujer salvaje, sensual, rítmica. Los caminos de "Bruja" están llenos de la rabia hardcore que permeaba sus primeros trabajos, pero también de la diversa riqueza que ha acumulado con el paso de los años.

11. DURATIERRA: "Enobra"
Si existe una agrupación que le puede dar un nuevo sentido a la canción latinoamericana, esa es Duratierra: una virtuosa y emocionante actualización de sonidos que cobijan con su arrullo de pájaro silvestre.

12. TODD CLOUSER'S A LOVE ELECTRIC: "The naked beat"
Un álbum hiperactivo: rockpopero, jazzero, poderoso. Sus reminiscencias zappianas y su lenguaje lúdico mantienen a quien lo escucha atento, emocionado y a la expectativa de la siguiente locura. Fenomenal.

13. DARKSIDE: "Psychic"
Disco de profundidades espaciales y múltiples capas de significado. A ratos puede parecer demasiado pretencioso, pero es cosa de tomárselo con calma para descubrir que, en efecto, se trata de una obra alucinante.

14. YO LA TENGO: "Fade"
Veteranos en la construcción de armonías perfectas. "Fade" es un festín de buenas canciones sin mayor complicación. Es amable, límpido y divertido. Toda una cátedra para la malnutrida escenilla "indie".

15. ARCADE FIRE: "Reflektor"
Muchos querían que volvieran a hacer otro "Funeral" u otro "Neon bible", pero en lugar de eso hicieron lo que les vino en gana: pop barroco electrónico retropostmoderno para neuronas bailarinas. O algo así.


MÚSICA NACIONAL

 
1. KAFKA ENSAMBLE: "Kafka ensamble"
Álbum cuasigestáltico, sucesión de estampas expresionistas con gradaciones istmeñas. No es jazz, no es clásica contemporánea y tampoco es música oaxaqueña: es todo eso deshecho y vuelto a armar. Es una maravilla.

2. YOKOZUNA: "Quiero venganza"
Lo pondré en palabras simples: los hermanos Tranquilino parecen ser los únicos músicos mexicanos realmente preocupados por hacer rock de verdad en este país. Oscuro, violento y con muchas, muchas pelotas. Aprendan.

3. CALACAS JAZZ BAND: "Bien bonito"
Apropiarse del estilo dixieland y traducirlo a los lenguajes musicales actuales no es fácil, pero los Calacas lo hacen con una frescura y naturalidad que vibra con emoción en cada tema de este fascinante álbum.

4. H3A: "H3A"
¿Clavecín y flauta de pico en un disco de composiciones originales de jazz? Sí, y el experimento es más coherente de lo que aparenta. Dos lenguajes musicales separados por años de tradición en plena y deliciosa convivencia.

5. JULIA VARI: "Lumea"
La vuelta al mundo en diez canciones. Vari demuestra ser una arreglista excepcional con un discurso propio y una capacidad asombrosa para unir en lógica consonancia temas aparentemente dispares. "Lumea" es una delicia.

6. JULIETA VENEGAS: "Los momentos"
Texturas vespertinas, contemplativas, reposadas. Lo nuevo de la Venegas es una propuesta de electropop introspectivo. Una invitación a delinearse de a poco, a dibujarse a partir de cada uno de los momentos.

7. CARLOS MARKS: "Dislalia"
Un disco que tiene los arrestos suficientes para rescatar la tradición gitana, el folclore nacional y la música balcánica, e interpretarlas en clave de jazz, no tiene precio. Sí, es exótico, pero también muy original.

8. ABRAHAM BARRERA TRÍO: "Ocaso"
No es precisamente innovador, pero tampoco lo necesita. Se trata simplemente de música placentera, con exquisito gusto y un insistente estilo percusivo al piano que delata la influencia velada de Thelonious Monk.

9. LA BARRANCA: "Eclipse de memoria"
José Manuel Aguilera se ha puesto, si cabe, más introspectivo que de costumbre. Sus letras siguen dando alas a la reflexión y su música se mantiene fina, ahora enmarcada por timbres reposados y metales lejanos.

10. ALEJANDRO OTAOLA: "Infinito"
Un experimento de posibilidades, en efecto, infinitas: improvisaciones siderales que llevan al extremo la idea del fractal, de la mano del virtuoso guitarrista y la siempre sorprendente voz de Iraida Noriega.

11. FELIPE SOUZA: "Blues alzado urgente"
Un disco variado que optó por la discreción. Pudo hacer alarde de florituras guitarrísticas, mas prefirió la ruta de la mesura para tejer sus melodías. Por eso es que se alza de a poco, en un crescendo que vuela y vuela...

12. EMILIANO CORONEL: "Mi camino"
El joven contrabajista ha creado un disco que anuncia una interesante carrera futura: diálogos de jazz sobre líneas abiertamente pop que se entretienen en composiciones juguetonas, frescas, a veces naïve; pero muy agradables.

13. ASTRID HADAD: "Vivir muriendo"
La selección de temas es impecable, los arreglos tienen el sello distintivo de la señora Hadad, y el concepto general del disco es de una belleza que conmueve y mantiene vivo el espíritu irreverente del cabaret.

14. OMAR LÓPEZ: "Saxofón electroacústico de México"
Este tercer volumen de la serie de saxofón contemporáneo ofrece una vertiente de vanguardia, amplia experimentación y clave postmoderna. Se trata, además, de la primera grabación de su tipo en nuestro país.

15. RADAID: "The willing"
El exotismo que caracterizó las fusiones musicales de esta banda ha cedido a favor de un mayor volumen en las guitarras y el virus de lo "indie", pero aún logran una mezcla atractiva y canciones contagiosas.


METAL INTERNACIONAL

 
1. DARKTHRONE: "The underground resistance"
Han creado un patrón: una suerte de metal regresivo que lleva en su violento discurrir las ansias por reencontrar el origen. Se trata de un disco visceral, medular, ronco. Un auténtico y honesto espíritu de la vieja escuela.

2. GHOST: "Infestissumam"
Sin duda, el álbum más contagioso del año. Sus armonías estremecen, sus letras encienden el ánimo satanista y su concepto global revitaliza la tradición del metal que no necesita ser "extremo" para estar bien hecho.

3. ROTTING CHRIST: "Kata ton daimona eaytoy"
Si hubiera una etiqueta de metal ocultista, esta banda estaría entre sus principales representantes. Su música reciente está marcada por un halo místico y ritual, totalmente alejado de clichés. Salvaje y elegante a la vez.

4. MORPHIUM: "Crónicas de una muerte anunciada"
En tiempos de híbridos, se agradece que el rostro moderno del metal no pierda su carácter violento. Hay aquí mucho death metal, pero también oscilaciones groove y un sentido melódico realmente envidiable. Una genialidad.

5. BLACK SABBATH: "13"
¿Necesitaban reinventar el género? Por supuesto que no. Ellos son de los principales creadores del género, y "13" sólo tenía la intención de regresar a confirmarlo. Es el sonido clásico, el que nos gusta. Y con eso basta y sobra.

6. CARCASS: "Surgical steel"
Hasta para ser violento se requiere de cierta clase y nivel. Que nadie olvide que el ruido extremo es mucho más que simple gruñidero de tripas sin sentido. Escuchad, mocosos: esto es verdadera inteligencia brutal.

7. FINNTROLL: "Bloodsvept"
Después de casi agotar las posibilidades de una fusión que en su momento fue innovadora, la banda de trolls ha perfeccionado su estilo sin traicionar el sonido clásico. Ahora incluyen una vivaz sección de metales.

8. REVAMP: "Wild card"
Floor Jansen no se cansa de jugar con las posibilidades de su voz. Su potencia es asombrosa y la banda que ha creado para acompañarla le hace plena justicia: metal melódico de excesos y perfecta manufactura.

9. TRISTANIA: "Darkest White"
Son de los pocos que se han atrevido a desafiar los temas clichés del llamado "gothic metal", para abordarlos con un mayor grado de crudeza y menos sofisticación. Además, su mezcla de voces es alucinante.

10. ORCHID: "Mouths of madness"
Fieles discípulos sabbathianos, han logrado una colección de temas que recrean la atmósfera vintage con un dejo de contemporaneidad. Esto resulta en un disco fresco que no por serlo sacrifica oscuridad ni densidad.


METAL NACIONAL
 

1. ZOMBIEFICATION: "At the caves of eternal"
Death metal visceral y putrefacto con fuertes anclajes en la escuela clásica. Ha superado con creces a su primer disco: la producción es impecable y los riffs sacudidores. Un excelente balance de técnica y agresividad.
 
2. THE MEATFÜCKERS: "Porn again"
Asalto violento de thrash y death metal en su vena más auténtica, tal y como debe ser: asesino, sangrante y profundamente sexual. Se siente el hedor del subterráneo. 2013 es sólo la fecha de edición, pero 2014 será el año de The Meatfückers. Un clásico instantáneo.
 
3. ARIA INFURIATA: "De bronce"
Álbum dinámico, representante del sonido clásico del heavy metal, pero mejorado con la adición de elementos que matizan y ofrecen diferentes colores. Mucha atención a su discurso enfáticamente contemporáneo.
 
4. INFERNA: "Sathanas regimen spiritualis"
Black metal de genuina devoción satanista, poseedor de un aura filosófica punzante que se grita con ira blasfema entre laberintos sonoros de infecta negrura. Una alta expresión de artes ocultas y cavernosas. Acojonante.
 
5. MUTUM: "Premonitions of war"
Probablemente sea el primer álbum mexicano que verdaderamente puede hablarse de tú con los grandes monstruos del metal sinfónico: producción impoluta, voces prodigiosas y la arrogancia de una orquesta sinfónica completa.
 
6. GENOCIDE: "The vaults of grief"
Un disco en el que abunda la brutalidad pero también la inteligencia para no caer en un ruido atascado y carente de sentido: velocidad, blastbeats y guitarras técnicas. Grindcore y death metal para orejas exigentes.
 
7. WISH IN THE SILENCE: "Tragic memories"
Metal gótico sólido y mesurado, afianzado a los componentes originales del género pero traducidos a un lenguaje actual. Su técnica es sencilla y elegante, y sus arreglos brillan luminosos en medio de la desesperanza.
 
8. INFERUS SEDIS: "The reign ends"
Black metal de escuela noruega, con riffs repetitivos y fríos, y la constante de una batería proteica que da cuerpo y densidad a los temas. Un disco de esos que sólo pueden existir en el subterráneo: primitivo, salvaje, diabólico.
 
9. SEPTICEM: "Pleasures of war"
Death metal con la suficiente brutalidad para destrozar tímpanos y cervicales. Es veloz, extremo y muy grave, sin una sola intención de refinamiento. Toda una infección pestilente servida con profundo placer.
 
10. ERSZEBETH: "Equilibrio"
Un avance importante con respecto a su primer álbum: aquí coexisten en palpable balance los elementos melódicos, dramáticos, agresivos y hasta electrónicos, circundando la exquisitez de las voces operísticas.
 
 
Servido, amable lector. He aquí la síntesis de lo que con más frecuencia sonó en las bocinas de este humilde apicultor durante el agonizante 2013. Cincuenta discos de buena manufactura que garantizan solaz y esparcimiento para orejas aburridas. Búsquelos, escúchelos, atásquese y, si le gustan, no dude en compartir su opinión. Si no le gustan, entonces el buzón de esta Madriguera está listo, como cada año, para recibir sus cariñosas mentadas de madre. Y a ver qué depara 2014. A esperar.
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domingo, 22 de diciembre de 2013

BILLIE JOE + NORAH: "Foreverly" (2013)




¿Que motiva a alguien a grabar un disco de versiones, o más aún, a regrabar íntegro un disco que fue lanzado hace más de cincuenta años —en este caso, el "Songs our daddy taught us", de The Everly Brothers—? Tal parece que para Billie Joe Armstrong —sí, el mismo de Green Day— la respuesta inmediata podría ser la nostalgia, o incluso el cariño. La cosa es que ni la nostalgia ni el cariño bastan para hacer un buen disco, y eso lo sabe todo el mundo. Cuando un músico hace acopio de los güevos suficientes para aventarse el paquetazo de recrear temas clásicos, lo único que le queda es ofrecer una interpretación libre de mácula para no terminar causando lástimas y la irritación de legiones de fans de las versiones originales. Bien, pues el perpetrador de "Foreverly" —hasta eso, un título bonito— ha procurado cuidar este detalle y por eso no sólo respetó las melodías y cuidó los arreglos lo más posible, sino que además invitó a la jazzera más pop de los últimos años, la gentil Norah Jones, para ayudarlo con el caprichito. ¿El resultado?

Bien, el resultado es curioso, porque el autor original de la idea, es decir, Billie Joe, es quien más sale perdiendo: Norah lo opaca a él y la grandeza de las canciones los opaca a ambos. Y no es que lo hagan mal, de ninguna manera: los dos son buenos instrumentistas y por lo menos uno de ellos sí canta —guess who—; sus respectivas reputaciones los preceden y dan cuenta de las habilidades musicales de cada uno por separado. El problema es que al escuchar "Foreverly", es difícil separar méritos: es un muy buen álbum, sin duda, pero ¿qué tanto se debe a que las canciones son maravillosas —que de eso no hay ninguna duda— y qué tanto a la interpretación de sus ejecutantes? Es claro que no cualquiera logra rehacer doce temas de country-folk con la mano en la cintura y las suficientes cualidades evocadoras, pero tampoco debemos ignorar el hecho de que ya otras parejas musicales lo han hecho antes y con mejores resultados (Mark Knopfler y Emmylou Harris, con "All the roadrunning", de 2006; y Robert Plant y Alison Krauss, con "Raising sand", de 2007). Las voces de Billie y Norah se perciben cómodas durante el disco, pero insisto: a veces da la impresión de ser sólo una ilusión favorecida por la estructura casi perfecta de las canciones, lo cual no necesariamente es mérito de la pareja.

Al final, el gran logro del álbum ha sido —y no es poca cosa— el rescate cultural no sólo de un disco, sino de un género que no ha tenido la suficiente difusión entre las generaciones recientes. Si "Foreverly" sirve como pretexto para que más gente se eche un clavado en la historia del country y la música popular norteamericana —sobre todo los adolescentes, que tienen más probabilidades de llegar a esta música vía el frontman de Green Day que a través de Willie Nelson o Sheryl Crow, por decir algo—, entonces el esfuerzo de Billie Joe habrá valido la pena. No estamos hablando del disco del año, pero sí de un trabajo entrañable, que se deja escuchar y se disfruta entre suspiros, sonrisas y una que otra amarga lagrimilla. Parece que la nostalgia y el cariño no son tan malas excusas para grabar un disco de versiones, después de todo.
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domingo, 15 de diciembre de 2013

INFERUS SEDIS: "The reign ends" (2013)




A veces, distinguir las cualidades particulares de un disco de black metal es tarea compleja. Se trata de un género que frecuentemente tiende a la repetición de esquemas y que ofrece poco espacio para la novedad. Inferus Sedis no es la excepción, pero "The reign ends" tiene virtudes propias que hacen interesante su escucha. El sonido general del álbum se deriva de la escuela noruega, con riffs repetitivos y fríos, pero también con la constante de una batería proteica que da cuerpo a los temas. La banda ha sabido rodear su música con un halo maligno, que crea la sensación de estar escuchando los ecos de algún ritual ocultista celebrado en el interior de una vieja catacumba. En ese sentido, las atmósferas logradas son densas y completamente alejadas de la luz; y es que el debut de Inferus Sedis es un disco de esos que sólo pueden existir en el subterráneo y para el subterráneo: es primitivo, salvaje, diabólico.

De los siete tracks que conforman "The reign ends" destaca el tema homónimo, por la paradójica pero bien ensamblada convivencia entre blastbeats poderosos y riffs de guitarra con ánimos distímicos; "Total holocaust", con su espíritu a la Carpathian Forest; y "Army of Sathanas", cuyo trepidante ritmo de marcha simula un ejército de caballos endemoniados galopando desde el mismísimo averno. También vale la pena detenerse en el tema final, "Melancholy of the horned", pues se trata —no solamente en el título, también en su estructura— de una cruda deprecación a la melancolía, por momentos cercana a los abismos del black metal depresivo pero sin amaneramientos ni dramas de mozalbetes emo, sino todo lo contrario: es un aullido violento que se hiende con ardor en la más honda negrura.

En resumen, todo aquel que disfrute con el sonido clásico del black, sin duda disfrutará de "The reign ends": veinticinco minutos de peste negra esparcida con cruda determinación y ferocidad impía, en formato CD-R limitado a 100 copias. Completamente underground, tal y como le gusta a Satanás. Muy buen disco.

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